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London Eye

El London Eye abre de 11.00 a 18.00 horas, 7 días a la semana.

El London Eye, situado en el corazón de Londres, es fácilmente accesible en transporte público. Las líneas de autobús que llevan al London Eye son la 1, 12, 59, 68, 76, 77, 139, 148, 159, 168, 176, 188, 211, 243, 77, y 381, 507, 521. La parada de metro de Waterloo está a sólo cinco minutos a pie y cuenta con las líneas Bakerloo, Jubilee, Northern y Waterloo & City. Las estaciones de metro de Westminster, Charing Cross y Embankment también están a poca distancia a pie.

En la taquilla del London Eye hay aseos masculinos, femeninos y accesibles, así como cambiadores para bebés.

La mejor opción para aparcar es el aparcamiento Q-Park Westminster, situado a poca distancia a pie, donde un código promocional ofrecido por el London Eye proporciona un descuento del 10%. Sin embargo, el London Eye está dentro de la zona de congestión, por lo que conducir puede resultar caro.

Las mejores tiendas y experiencias comerciales cerca del London Eye se pueden encontrar a 15-20 minutos a pie hacia el norte, en Covent Garden, quizás el distrito comercial más conocido de Londres. Alternativamente, Gabriel's Wharf, a poca distancia a pie hacia el este a lo largo del río, es también un notable distrito comercial.

El London Eye solicita que las personas que experimenten síntomas de COVID-19 no utilicen la atracción y puedan obtener el reembolso de sus entradas. Hay desinfectantes de manos en muchos lugares de la atracción y se han reforzado los regímenes de limpieza.

Las entradas para el London Eye pueden adquirirse en línea a partir de 32,50 £ por adulto, con una tarifa ligeramente superior si se compran en el lugar. Los menores de 3 años entran gratis y también hay descuentos para familias.

Una entrada para el London Eye puede combinarse con una entrada para Madame Tussauds a un precio de 50 £ por adulto (un ahorro de 23 £). Hay más paquetes y descuentos disponibles, como una entrada triple para el London Eye y Madame Tussauds, más SeaLife, o las Mazmorras de Londres, por ejemplo.

El London Eye es totalmente accesible en silla de ruedas. Sin embargo, sólo se permiten dos sillas de ruedas en cada cabina y ocho en el London Eye en un momento dado. Por este motivo, no siempre es posible reservar sillas de ruedas el mismo día de la visita, por lo que se recomienda encarecidamente reservar las entradas con antelación.

Inaugurado oficialmente en la Nochevieja de 1999, el London Eye también es conocido como la Noria del Milenio. En pocos años, el London Eye se convirtió rápidamente en un símbolo icónico y muy querido de la ciudad de Londres y, con tres millones de visitantes anuales, es actualmente la atracción turística de pago más popular del Reino Unido. De hecho, originalmente el plan era retirarlo al cabo de cinco años, pero resultó ser demasiado popular y se ha mantenido. Súbase a una de las 32 grandes "cápsulas", cada una de las cuales representa uno de los distritos londinenses, de esta noria de 135 m de altura (la mayor del mundo en el momento de su construcción), y disfrutará de una impresionante vista panorámica del perfil de Londres.

Curiosamente, las cabinas están numeradas del 1 al 33. No encontrará la número 13, ¡para evitar la mala suerte! En el London Eye caben 800 personas en cualquier momento, pero debido a su popularidad suele estar lleno; se recomienda comprar las entradas con antelación. De fácil acceso en transporte público, el London Eye está situado en el corazón de Londres, a orillas del río Támesis, cerca de algunas de las principales atracciones turísticas de Londres, como las Casas del Parlamento, la Abadía de Westminster y el Big Ben. Todos ellos, y otros más, como el Palacio de Buckingham y Trafalgar Square, se pueden contemplar de una forma única desde las alturas durante el paseo de media hora en el London Eye.

Gracias a su céntrica ubicación, muchos de los monumentos más emblemáticos de Londres se encuentran a poca distancia del London Eye. Las históricas Casas del Parlamento y su célebre torre del reloj, comúnmente conocida como Big Ben, son visitas obligadas para cualquier turista que visite Londres. La antigua Abadía de Westminster, que data del siglo XI y ha sido escenario de coronaciones de estado, bodas reales y funerales, y lugar de enterramiento de algunos de los británicos más importantes de la historia del país, es también algo que no debe perderse. La grandiosa e imponente Trafalgar Square, con la columna de Nelson en su centro, sirve de símbolo del poder y el prestigio de Londres, y alberga también la National Gallery, que presume de tener una de las colecciones de arte más impresionantes del mundo. Imponente es también el mundialmente famoso Palacio de Buckingham, residencia de la familia real y símbolo de todo lo británico, situado a poco más de un kilómetro y medio a pie del London Eye. Los aficionados al teatro no deben perderse la oportunidad de ver una obra en el Shakespeare's Globe Theatre, una reconstrucción del edificio original donde se representaban las obras del famoso dramaturgo. Desde la música en directo hasta la ausencia de iluminación artificial, todo es como habría sido hace más de cuatrocientos años, en la época de Shakespeare. Por último, la obra maestra arquitectónica que es la Catedral de San Pablo (alucinantemente grande, a la que las fotos no pueden hacer justicia) es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura británica y ha sido un símbolo icónico de Londres desde su construcción hace más de 300 años.